Juan Pirir

San José Concul: un informante relato que a Concul le pusieron ese nombre porque antes había un cañuelo casi igual al alambre de espiga, que servía para la construcción de las casas, porque antes no había casas de adobe, solo de bajareque y madera, y con ese cañuelo se amarraba. También servía para amarrar el petate que utilizaban. Concul significa el nombre de una caña.

La aldea de Concul se ubica en el municipio de Rabinal Baja Verapaz, situada a 1850 msnm. Se encuentra ubicada a 12 kilómetros suroeste de la cabecera municipal, a pesar de la distancia es relativamente corta se debe destacar que las vías de acceso desde la cabecera, es de terracería en pendiente y algunas ocasiones durante la época lluviosa se vuelve poco accesible.

La comunidad está conformada étnicamente por los grupos de maya achí y mestizos, aunque la mayor parte de la población es Achí.

Se caracteriza por ser una comunidad que sufrió directamente el conflicto armado, a través de la represión y control social sistemático, muertes selectivas y colectivas conocidas como masacres y participación forzada en las patrullas de Autodefensa Civil -PAC-

Las personas de Concul llegan al mercado, los días domingos y ocasionalmente los jueves, que son días de plaza pública en el municipio.

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La Casa de Juan Pirir está en un espacio alto parte de la sierra de Chuacus en la comunidad de las Cañas, Concul Rabinal Baja Verapaz, su vivienda está elaborado con materiales locales (madera), construida por el mismo,  alberga a su familia y donde ha interactuado toda su vida  a pesar de la desolación, porque únicamente tiene como vecinos a sus familiares (otras dos viviendas), su vida a transcurrido estando de lleno en las actividades agrícolas, como medio de subsistencia.

 

Llegamos a su vivienda preguntado por los vecinos, constatamos que es una persona reconocida por su forma de vida y el tiempo que lleva en la comunidad, Para llegar se camina por una vereda a una distancia de 4 km del centro de la comunidad de Concul. A lo largo del trayecto, se visualiza Pinos, cipreses, liquidarbar, y se debe pasar por algunos riachuelos.  Al llegar a la casa se nos recibe por los perros que anuncia que se está invadiendo su espacio. Se reconoce de inmediato a don Juan.

 

La vivienda del Abuelo Juan es un pequeño terreno, la atmósfera es otra, se respira calma, el viendo es constante y aligerado, quizá por la época de visita (diciembre). Allí se respira un aire fresco, húmedo y cargado del olor a materia orgánica de las montañas. Grandes árboles proveen sombra y debajo de ellos, algunas siembras que tiene el abuelo para poder subsistir.

 

Juan Pirir es un campesino Maya-Achí de 82 años. Tiene la piel tostada por el sol, ojos rasgados y el pelo es evidente las canas que se logran ver por su gorro. Es agricultor desde que era niño, ha vivido de la tierra y de las prácticas agrícolas. Misma que le ha dado reconocimiento en la comunidad de vivir como lo hacían nuestro antepasado, misma que se refleja en el traje que lleva puesto (traje típico de Rabinal calzoncillo, camisa y faja)  y sin calzado.

 

Al acércanos para conocer su historia se refleja la emoción en su mirada, y se desinhibe para comentarnos lo que ha implicado vivir, resaltando que no ha sido fácil. realizó labores en fincas de algodón y café por lo que se dio cuenta que es necesario producir su tierra. Cuando comenzó, con sus practicas mismas que aprendió de sus padres “Así decía mis padres: ustedes van a vivir si cuidan el agua y la tierra y agarran el machete y el azadón.”, recuerda Juan.

 

Para sacar provecho al terreno, sembró árboles, maíz, frijol, café, hierbas, frutales. Paseando por el terreno se ven, güisquiles, flores. unos bananos allá, macuy, Hay flores, hierbas aromáticas y hierbas medicinales. También cría animales: un par de cerdos, una vaca, gallinas y unos chuntos.  Todas estas practicas no se ven influenciados por la agricultura convencional, como el lo menciona es un trabajo cuidadoso y la misma fuerza de la tierra hace que se cosechen productos naturales y orgánicos. En temporada se recoje durazno, granadilla, ocote, esto para la venta en la comunidad.

 

Esta forma de vida de producir sus propios alimentos le ha dado reconocimiento al abuelo donde recomienda que hay que proteger la tierra, el agua principalmente ahora que el cambio del clima ha sido más evidente. este mural ubicado en Xesiguan parte de la micro-cuenca, refleja a Don Juan Pirir en la parte alta del cerro donde gracias a esas acciones de cuidado los de la parte baja podemos acceder al agua, y que se siga promoviendo practicas de nuestras abuelos/as, que definitivamente hay conocimiento en medicina, cosmovisión, agricultura.

 

Nos fue necesario recordar al Abuelo Juan Pirir, porque en esta época de COVID-19 imaginamos que nunca había atravesado a algo así, el acostumbrado a la libertad del campo, estar en su espacio con su familia y con lo que produce cada día,  estamos seguros que hay muchos abuelos/as que durante esta cuarentena les ha modificado la vida y están pasando por necesidades, por lo que nos pronunciamos para poder encausar el apoyo necesario.